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Propósito

El objetivo principal del embolsado es el de conservar granos y forrajes para disponer de éstos a futuro, manteniendo la máxima calidad del producto.

Principio básico

El principio básico consiste en que la propia respiración de los materiales embolsados consume el oxígeno (O2) presente dentro de la bolsa, aumentando así la concentración de anhídrido carbónico (CO2). En el caso de embolsado de materiales frescos y granos húmedos, el anhídrido carbónico y la posterior formación de ácido láctico, a partir de los azúcares contenidos en el material, acumulados dentro de la bolsa son directamente responsables del mantenimiento de la calidad y estabilidad del producto. En el caso de embolsado de materiales secos, el agente responsable de la estabilidad y calidad del producto es directamente el anhídrido carbónico. Estos procesos ocurren gracias a la absoluta impermeabilidad del plástico de la bolsa a moléculas de oxígeno.

Procedimiento

Para el embolsado se utilizan las máquinas embolsadoras. Existen de dos tipos: de granos y de forrajes. Es de fundamental importancia que el contorno de la bolsa se ajuste perfectamente al perímetro de la campana de la máquina embolsadora. Los granos pueden ser embolsados molidos o enteros. En cambio, el forraje siempre deberá embolsarse picado.

Durante el proceso de embolsado se debe lograr la máxima compactación posible del material a embolsar, con el objetivo de reducir al mínimo los niveles de oxígeno, siendo igualmente relevante el control del estiramiento de la bolsa. La combinación óptima esperable es la de mantener las más altas propiedades del producto conjuntamente con el máximo aprovechamiento de la vida útil de la bolsa.

En la alternativa de embolsado de forraje, una vez terminado el proceso se debe proceder al cierre de la bolsa. A partir de ese momento, comienza a generarse internamente gran cantidad de gases CO2, producto de la respiración del contenido de la misma, recomendamos realizar un orificio a fin de facilitar su escape. Cumplidas las 72 horas posteriores al cierre de la bolsa, se deberá proceder al sellado de dicho orificio de salida. Es de esperar que una vez cerrada la bolsa, esta se “inflará” por la presencia principalmente de CO2, imprescindible para que el material embolsado logre la conservación requerida.

En ese momento, las bacterias anaeróbicas comienzan a formar ácido láctico. La cantidad y calidad del ácido láctico formado son el determinante principal de la conservación del producto. Al formarse el ácido bajan los niveles de PH y al alcanzar un valor aproximado a 4.2 se paraliza la actividad enzimática, considerando que esta permanezca estable, logrando que el producto mantenga sus propiedades en óptimas condiciones.

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